¿Qué llevar en la maleta de mi hijo? : Un eterno dilema

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Empacar una maleta no es una tarea fácil, porque  casi siempre las ganas de verse bien en vacaciones, superan con creces la capacidad de ella.
Pero esto empeora aún más cuando se viaja con niños. Ahí no solo se trata de lo bien que uno quiere que se vea su pequeñito. Cuando se trata de viajar con ellos las necesidades crecen exponencialmente.

La experiencia nos dice que nuestros hijos tienen la capacidad de un campeón a la hora de ensuciarse, y si pensamos que en vacaciones además pueden estar expuestos a más helados, más dulces, más parques, más aventuras en el piso, más amigos… pues la necesidad de cambios, mudas, camisetas, pantalones, zapatos también se multiplica.

Pero claro, además los papás somos sobre protectores por naturaleza. Entonces aunque nos paremos frente a la maleta dispuestos a ser prácticos; nuestro yo protector alza la voz y nos ataca con los:  y si… que terminan llenando cada rincón oculto que pueda tener nuestro equipaje.

Pelear contra eso es una tarea titánica. Pero sí hay algo que puede ayudarte a hacer un balance entre lo que quisieras llevar y lo que el tamaño de tu maleta te está diciendo que puedes llevar: Hacer una lista. Sí así tan sencillo como suena.

Antes de si quiera pensar en meter un alfiler dentro de tu maleta, siéntate con papel y lápiz y empieza a anotar lo que vas a necesitar llevarle a tu pequeño hijo. El hecho de pensarlo detenidamente despierta tu racionalidad y dejas de llevarte por los impulsos, por los  y si.. que tanto te pueden hacer equivocar.

Eso sí, acá va un consejo: llévale su juguete preferido. Los niños aman explorar, conocer, aventurar. Pero a la hora de dormir extrañan su cama, su almohada, el olor de su cuarto, pero sobre todo a ese peluche despelucado y viejo que con un abrazo les dice: todo está bien si estamos juntos.