Oíme, ¿Nos tomamos un tintico?

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Dicen que el café colombiano es uno de los mejores del mundo. (Bueno, algunos colombianos insistimos en que es el mejor) Uno podría creer que es parte de un pensamiento colectivo que llevamos metiendo en nuestro cerebro por generaciones. Pero la verdad es que cuando llegas allá, al eje cafetero, y te das cuenta de todo eso que ve el café mientras crece; entiendes de donde es que viene toda la magia.

Porque viendo lo que vas a ver, sabrás que  imposible que el café colombiano no se haya inspirado en ese increíble paisaje. O que no haya decidido ser mejor oyendo cantar a tantas aves o viendo volar tantas mariposas,  (Hablando de mariposas, En el Quindío está uno de los mariposarios más grandes del mundo, un espectáculo de la naturaleza que no te deberías perder.)… o no se haya contagiado en algo de la dulzura y alegría de su gente y de la belleza de las chapoleras que se encargan de recolectarlo.

O que no haya desarrollado un orgullo secreto sabiendo que es uno de los pocos que puede crecer a los 2000 m de altura y además en medio de montañas y carrieles.

Sí, ir al Eje cafetero es una de las mejores maneras de meter en el alma ese orgullo de sentirte colombiano. Y de convencerte de una vez por todas, que cuando dicen que el nuestro es el mejor café del mundo, están diciendo la verdad.

Así, que ¿qué esperas? Si estás pensando en viajar, pasarla bien y despertar tu orgullo, qué mejor que elegir el lugar perfecto para decir: Listo! tomémonos un tintico