Aunque compartan el mismo apellido. Aunque cuando los vea un familiar al que hace mucho no visitaban les diga: ¡“es que son igualiticos”!. Aunque los hayan criado de la misma manera, con las mismas reglas, los mismos límites y hasta la misma cantaleta; tienes que entender que si tienes dos hijos, tienes dos mundos y si tienes tres o más, entonces tienes tres o más… planetas. Pero a eso súmale que tu pareja y tú, ni siquiera fueron criados a punta de las misma cantaleta… Es ahí cuando aparecen las galaxias.
Y esas diferencias querido amigo, a la hora de viajar parece que se multiplicaran. Porque en la casa es fácil decir: ¡Esta el desayuno!! Y gústeles o no, todos van a tener que venir al mismo tiempo a comerse los huevos revueltos que preparaste. Pero cuando a los humanos nos dan la posibilidad de elegir, también nos dan la facilidad de que se despierte el dudador profesional que todos llevamos dentro. Y al final qué son las vacaciones más que esos días maravillosos en los que se nos permite elegir... y dudar.
Elegir la hora de levantada, elegir qué comer. Dudar entre la piscina y el mar. Elegir dormir a las 10 y 42 a.m. ¿Y qué? Dudar entre nadar o tirarse en la arena o no hacer nada.
Es por eso que para que el viaje en familia que tendrá muchos “yo elijo” diferentes, no se convierta en pesadilla, acá van unos pequeños tips para seguir
Antes que nada, manda a tu yo controlador también de vacaciones. Recuerda que cada uno es diferente y si pretendes que todos quieran unirse a ti, justo en el momento que quieres ir a conocer ese lugarcito que tu amiga te recomendó; vas a tener compañía, pero de la mala
Haz planes. Sí, pero intenta que sean conciliados por todos, antes de llevarlos a cabo.
Respeta los diferentes ritmos. No a todos nos sienta igual de bien los cambios de clima.
Intenta tú mismo salir de vacaciones. Ya no tienes que ser el que organiza, pregunta, compra. Si tus hijos ya están en edad, deja que ellos también hagan lo que en la cotidianidad son tus tareas. Soltarte de ellas te hará un mejor compañero de viaje.
Antes de viajar, lleguen a acuerdos familiares (Tener claras algunas reglas básicas con relación al orden, la hora de llegada o la empacada de vuelta, pueden hacer más fácil la convivencia)
Deja de preocuparte por si tu pequeñito se ensucia, no se quiere bañar los dientes cada vez que come, no come lo suficiente, destapa más paqueticos de los que debería. Al final 3 o 5 días de cambiar hábitos no le hacen daño a nadie.
Pero sobre todo, no olvides que estás de vacaciones con 2 o 3 o 5 planetas distintos y que para que las vacaciones no se conviertan en pesadilla, lo único importante es que aprendan a girar juntos.