El mundo cinco estrellas

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Si eres de los que tiene millones para viajar: seguro vas a encontrar hoteles donde el jabón del baño huele a Chanel #5. Y seguro vas a poder pedir desayuno, almuerzo y comida a tu propio cuarto. O vas a reservar un lugar especial solo para ti y tu familia en una mesita para 4 que tiene vista al mar.

Pero si eres como la mayoría de los viajeros del mundo, que ahorran durante todo el año, o durante toda la vida para lograr por fin conocer el mar, es casi seguro que no vas a tener todas las comodidades de los 5 estrellas.

Seguramente tú vas a tener que hacer fila para el desayuno, el almuerzo y la comida.

Y si estás viajando con uno de esas empresas que buscaron democratizar las vacaciones y darle la oportunidad a muchos, pues seguramente las filas no serán cortas. Pero ¿Y qué? Qué importa hacer una fila larga para almorzar si sabes que tienes el mar frente a ti, si estás viendo a tus hijos por primera vez corriendo como en Guardianes de la bahía (Si no la has visto, tienes que buscar por lo menos un capítulo en internet)

Sí, si lograste el sueño de toda tu vida, ¿Qué importa que el jabón no huela a lavanda? Ahí estás tú oliendo el mar; viendo frente a ti palmeras que se mecen al vaivén de la brisa. ¿Qué importa no viajar 5 estrellas, si por fin lograste viajar?

Pero claro, si eres humano probablemente  olvidarás que para no hacer filas, para que el jabón huela a lavanda, para que la piscina no esté tan llena y la comida venga en bandeja de plata; tendrías que haber pagado millones. Así que va un consejo:

Planea bien tu viaje. Se muy consciente de cuánto te costó y disfruta esas cosas por las que pagaste. Y sobre todo no olvides que el mundo está ahí para ti y el mundo mismo es el que es 5 estrellas. No dejes que una fila larga, un jabón limpio pero sin pretensiones, te quiten la felicidad de haber logrado tu sueño.