Un pueblo sacado de revista

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Que las palmeras crecen en altitudes bajas y en climas cálidos lo sabemos todos. Todos, menos la Palma de Cera de Colombia (Nuestro árbol nacional, por cierto), la única de su categoría que se reproduce en clima frío y que llega a tener una altura de 60 m.

Debe ser un poco por ese sorprendente paisaje, que logró crear la terquedad de la palma de cera;  que Salento y el Valle del Cocora son unos de los lugares que más atraen a los turistas cuando están visitando el eje cafetero

Salento, de por sí, es un pueblo sacado de revista. Con casas llenas de colores que están ahí desde la época en que los colonizadores antioqueños decidieron coger su mula y su apero e irse por esas montañas para encontrar un lugar que les hiciera decir: acá me quedo. (Por allá a inicios del siglo XIX).

Afortunadamente para nosotros, los lugareños mantuvieron esa arquitectura hasta nuestros días. Por eso Salento es como un encuentro con la historia pero pintada de colores. Bueno, pintada de colores y llena de acentos, porque por supuesto muchos extranjeros que llegaron de visita decidieron quedarse a abrir sus propios restaurantes o simplemente a disfrutar de la paz del lugar.

Pero obviamente no se puede hablar de Salento si hablar del Valle de Cocora. No importa de dónde vengas, no importa lo que hayas conocido; llegar allá y ver ese Valle rodeado de montañas, en el que crecen enormes palmeras y al que visita demasiado a menudo una espesa niebla, es (aunque suene cursi) saber que la perfección existe.

Por eso no te permitas ir al eje cafetero sin visitar estos dos lugares.

Ah, pero un consejo, olvídate del clima tropical promedio con el que te van a tratar los demás lugares del eje cafetero. En el valle del Cocora también el clima es terco y seguramente las bermudas y las camiseticas de manga corta no van a ser tus mejores aliados.